Tender la ropa dentro de casa se ha convertido en un quebradero de cabeza para muchas personas. Son muchos los hogares que, por costumbre, deciden llevar a cabo esta acción en el interior de sus domicilios durante los meses de otoño e invierno. Las heladas nocturnas, las lluvias o la ausencia de una terraza para colocar nuestra ropa mojada hacen que esta práctica se traslada al interior de nuestros hogares.

Sin embargo, debemos tener cuidado. Detrás de este gesto se esconde una amenaza silenciosa que puede salir en algunas partes de nuestros hogares en forma de humedades. Manchas en las paredes, una sensación constante de frío o el olor a cerrado suelen ser las primeras señales de un exceso de humedad ambiental en el interior de nuestra casa. Los expertos en humedades advierten que

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