Viajes octubre 17, 2025 | 12:21 hrs

Custodiando el valle central de México, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl no solo dibujan el horizonte de Puebla, sino también el imaginario cultural del país.

Desde tiempos prehispánicos, su presencia ha sido una constante de respeto, temor y admiración. Los pueblos originarios los vieron como seres vivos; los conquistadores, como montañas imponentes; los viajeros modernos, como una postal de belleza inagotable.

El Popocatépetl, activo y majestuoso, impone su fuerza con fumarolas que recuerdan que la Tierra sigue viva. Su nombre náhuatl, “el cerro que humea”, define su esencia. En contraste, el Iztaccíhuatl, “la mujer dormida”, yace serena, nevada, como si el tiempo la hubiera detenido en un sueño perpetuo.

Juntos forman la pareja más legendaria d

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