En Chile, más de 1,8 millones de personas adultas viven con diabetes, y buena parte de ellas no sabe que la padece. Esta enfermedad silenciosa, que en muchas ocasiones avanza sin señales evidentes, afecta a cerca del 12,2% de la población adulta, según la Federación Internacional de Diabetes (FID).

La falta de diagnóstico oportuno no solo dificulta el tratamiento, sino que también aumenta el riesgo de complicaciones graves que pueden afectar el corazón, los riñones y la vista, entre otros órganos.

Con cifras como estas, la diabetes deja de ser un problema individual para convertirse en un desafío de salud pública, que requiere información, prevención y acción a tiempo.

“La diabetes no diagnosticada y no tratada es un riesgo oculto que se instala sin síntomas atendibles, afectando órgano

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