La gastronomía aragonesa es una oda a la tierra. Sus ingredientes, sencillos pero cargados de sabor, hablan del apego al territorio, de la tradición de los fogones familiares y de la sabiduría popular que ha sabido sacar lo mejor de productos humildes. Porque, en Aragón, comer bien no depende del lujo, sino del respeto por la estacionalidad, del mimo en la elaboración y de recetas transmitidas de generación en generación .

Entre un abanico culinario marcado por el ternasco al horno, las migas, el bacalao ajoarriero o la longaniza de Graus , también hay sitio para platos que no solo reconfortan, sino que nutren de una forma ligera, saludable y sencilla de preparar.

Y si hay una receta que cumple con todas esas características, esa es la borraja con patatas . Un plato sencill

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