Maria Vilma das Dores Cascalho da Silva Bosco era una turista brasileña de 69 años. Había nacido en Itapuranga, en el noroeste de Goiás, y residía en Goiânia. Su visita a Buenos Aires se debía a razones familiares: Maria Vilma había llegado en julio para acompañar a su hija, Carolina Bizinoto, quien cursa la carrera de medicina en la UBA. La mujer solía pasar cerca de la mitad del año en Argentina para estar con Carolina.

En su país natal, Maria Vilma fue exfuncionaria del Tribunal de Justicia de Goiás (TJGO) y dedicó más de 20 años al servicio público. Sus colegas la recuerdan como una persona cálida, paciente y dispuesta a ayudar.

Letiére Almeida, quien trabajó con ella, la describió como “muy compañera del equipo, amiga y paciente,” destacando que “enseñaba con mucha calma y tranquili

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