La primera noticia que tuve de un obispo de Cádiz fue en 1975 al leer Andalucía ¿tercer mundo?, donde Antonio Burgos citaba las homilías de Monseñor Añoveros, de manera especial aquella en la que hablaba de “chabolismo vertical” con el problema de la infravivienda. A Antonio Dorado tuve la oportunidad de hacerle una entrevista, donde dejó un toque a todos esos dirigentes del PSOE y el PCE que habían pasado por el seminario. Con Antonio Ceballos apenas tuve trato, estuvo involucrado en el caso de los ERE y se asustó cuando cinco locos se manifestaron contra la desacralización del Oratorio. A Zornoza lo conocí a instancias de Juan Manzorro. Cuando Juan estaba en la fase final de su enfermedad, llamé al obispo y fuimos a su casa, y desde entonces quedamos de vez en cuando. Él sabe que yo soy

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