Tarea cero o cerebro cero, por Rafael A. Sanabria M.
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La propuesta de eliminar completamente las tareas escolares ha pasado de ser un susurro pedagógico a un grito de guerra parental. A primera vista, suena a utopía: niños felices, tardes libres, familias que por fin cenan sin la sombra de un proyecto de volcanes. Sin embargo, antes de quemar simbólicamente los cuadernos de caligrafía, es fundamental examinar esta tendencia con una mirada crítica y objetiva, lejos de la euforia del «tiempo libre» y de la rigidez de la «disciplina a ultranza».
Uno de los argumentos más sólidos contra la tarea es su rol como amplificador de la desigualdad social. Para el niño con padres universitarios, con tiempo y recursos para supervisar un ensayo sobre el Siglo de Oro, la tar

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