El Congreso de Estados Unidos ha dado un paso decisivo al aprobar un paquete de financiamiento que permitirá reabrir el Gobierno federal, poniendo fin al cierre más prolongado de la historia, que duró 43 días. La Cámara de Representantes votó anoche a favor de la medida, que ahora se envía al presidente Donald Trump para su firma. La votación final fue de 222 a 209, con el apoyo de casi todos los republicanos y un grupo selecto de demócratas.
Este proyecto de ley establece un nuevo límite de financiamiento hasta el 30 de enero y garantiza fondos para algunas agencias clave durante el resto del año fiscal 2026. Sin embargo, no incluye la extensión de los subsidios de Obamacare, que expiran el próximo mes y benefician a 24 millones de estadounidenses. Los demócratas han expresado su descontento, argumentando que la falta de garantías para estos subsidios es un gran error.
Entre los demócratas que apoyaron la medida se encuentran Jared Golden, Adam Gray, Marie Gluesenkamp Pérez, Henry Cuellar, Tom Suozzi y Don Davis. Por otro lado, los republicanos Thomas Massie y Greg Steube votaron en contra. La legislación también asegura la financiación de programas de asistencia alimentaria como SNAP y WIC, que son vitales para millones de estadounidenses.
El presidente de la Cámara, Mike Johnson, logró unir a la mayoría de los republicanos detrás del proyecto, a pesar de las críticas sobre una disposición polémica que permite a los senadores demandar al Departamento de Justicia por la obtención de registros telefónicos. Johnson se mostró sorprendido por esta cláusula y prometió que la Cámara considerará una enmienda para eliminarla, aunque no está claro si el Senado la aceptará.
La reapertura del Gobierno permitirá que la Cámara de Representantes retome su actividad legislativa, que había estado paralizada desde finales de septiembre. Los legisladores tienen solo cuatro semanas para abordar otros temas urgentes, incluidos los créditos fiscales de Obamacare y un proyecto de ley agrícola.
Además, la representante Adelita Grijalva ha forzado una votación para que el Departamento de Justicia libere todos los archivos relacionados con el caso Jeffrey Epstein, lo que añade otra capa de presión sobre el Congreso. La situación se complica aún más con la creciente atención sobre los vínculos de Epstein con figuras políticas, incluido Trump.
El cierre del Gobierno había afectado a aproximadamente 2.2 millones de empleados federales, quienes no habían recibido sus salarios durante este tiempo. La legislación aprobada garantiza el pago retroactivo a estos trabajadores y revierte despidos recientes que impactaron programas demócratas. Sin embargo, la exclusión de la extensión de los subsidios de Obamacare ha dejado insatisfechos a muchos en el Congreso y entre los activistas.
Con la firma de Trump, se espera que el Gobierno federal reanude sus operaciones, pero la lucha por los subsidios de salud y otros temas clave continúa en el horizonte político de Estados Unidos.

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