Por Claudio Jacquelin – Fue una gran novedad. Por primera vez en muchas semanas no hubo sorpresas políticas durante el fin de semana ni en días previos. No hubo elecciones. Ni cambio de Gabinete. Ni angustia financiera. Ni salvatajes. Ni renuncias inesperadas. Apenas algunas peleítas que no rompieron pantallas de ningún celular. También, obvio, algunos insultos a adversarios de ocasión. Y al elenco estable de maltratados y maltratables: economistas y periodistas críticos y políticos de la vereda de enfrente. U ocasionalmente enfrentados. Para mejor, se jugó el superclásico entre Boca y River. Que acapara la atención de todo el mundo futbolero y algo más. Que es polarizante, como la política, pero no hay mitad más uno de fanáticos de un lado ni del otro. Ni mucho menos.

¿A la Argentina lle

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