El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, se ha mostrado molesto este jueves por las críticas que el día antes le lanzó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desde la tribuna del Congreso de los Diputados, durante la sesión de control.
Moreno cree que lo ha hecho para “salvar” a su vicepresidenta y candidata socialista en las próximas elecciones andaluzas, María Jesús Montero, que “no levanta expectativas ni ilusión en las encuestas”. El dirigente popular ha invitado a Sánchez a acudir al Parlamento andaluz para debatir con él en el próximo debate del estado de la comunidad, que se celebrará en las próximas semanas.
“Estoy seguro que podríamos llegar a un acuerdo en la Mesa del Parlamento para posibilitar que el señor Sánchez venga al debate del Estado de la Comunidad a debatir conmigo sobre los asuntos de Andalucía pero con realidad, con rigor y con seriedad”, ha dicho, primero en los pasillos de la Cámara, y luego dentro del salón de Plenos, en respuesta a la portavoz socialista, María Márquez.
El dirigente popular ha recordado que su partido tiene mayoría absoluta en el Parlamento y puede, por tanto, “posibilitar” esta opción, sin embargo, fuentes parlamentarias aseguran que el reglamento de la Cámara no recoge esta posibilidad y no existe, por ahora, ningún asidero legal para que la Mesa apruebe la participación del presidente Sánchez en el debate de política general más importante del año.
La boutade de Moreno es más un desafío al dirigente socialista, como respuesta a sus ataques el día antes en la Cámara Baja. “Si realmente tanto le interesa Andalucía, que venga y debata con nosotros aquí, porque es que no tiene ningún sentido que diga mentiras y las diga desde las Cortes”, ha sentenciado, tras acusar a Sánchez de “dedicarse a calumniar a los presidentes autonómicos desde el Congreso”.
El Parlamento andaluz celebró este miércoles el debate de totalidad de los próximos Presupuestos Autonómicos, con más de 51.000 millones de euros, y que superó cuatro enmiendas presentadas por PSOE, Vox, Por Andalucía y Adelante Andalucía. Fue casi un debate monográfico sobre sanidad, donde toda la oposición cargó contra la gestión de Moreno por ser “incapaz de solventar los problemas con un presupuesto récord”.
En paralelo, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso, Sánchez criticó duramente la gestión de los servicios públicos de Díaz Ayuso en Madrid y de Moreno Bonilla en Andalucía, pese a recibir más fondos estatales que nunca. “El Gobierno de España ha transferido más de 53.800 millones de euros de financiación extraordinaria a la Junta de Andalucía desde el año 2018. Pero ese dinero no está yendo a contratar sanitarios o a mejorar las infraestructuras públicas. Está yendo a rebajar cerca de 200 millones de euros los impuestos a las élites de Andalucía y a regar con contratos a la sanidad privada”, dijo Sánchez.
La sesión de control de este jueves ha vivido la misma tensión política de los últimos días, desde el estallido de la crisis de los cribados de cáncer que ha puesto a la defensiva al Gobierno de Moreno por primera vez en siete años. La izquierda y Vox han endurecido su ofensiva de oposición contra el presidente andaluz, y éste también está desplegando su estrategia electoral.
El PP no tiene miedo de airear el riesgo, apuntado en las encuestas, de que el auge de Vox le arrebate su mayoría absoluta. La posibilidad de que la ultraderecha entre en el próximo Gobierno andaluz o condicione a los populares desde fuera es algo que Moreno usa como incentivo para captar más apoyos entre votantes del centroizquierda, una táctica que ya le funcionó en las elecciones de 2022.

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