Omayra Sánchez Garzón se convirtió en símbolo de la avalancha de Armero debido a su trágica forma de morir. La menor de 13 años falleció el 16 de noviembre de 1985, luego de haber permanecido más de 60 horas atrapada entre el lodo y los escombros de su vivienda con las piernas totalmente inmovilizadas.

Pese al esfuerzo de los organismos de socorro, Omayra no logró ser rescatada debido a que su cuerpo estaba cubierto en su mayoría por una densa capa de lodo con azufre y sus piernas se encontraban atrapadas entre ladrillos y escombros.

Las aguas fangosas y arenas movedizas que la rodeaban impidieron que los rescatistas pudieran acercarse a ella, pues no contaban con el equipo médico, quirúrgico ni de rescate necesario para realizar una amputación o una extracción segura y rápida.

La

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