Un adiestrador canino explica que ofrecer la pata de manera espontánea no siempre es un 'saludo' ni un pedido de premio: puede ser una muestra de confianza, una búsqueda de contacto o una forma de regular emociones, según cómo y cuándo ocurra.

Cuando un perro estira la pata sin que nadie se lo pida, mucha gente lo interpreta como un juego o un reclamo de mimos. Sin embargo, especialistas en comportamiento canino señalan que el gesto cambia de significado según el vínculo con la persona y la situación en la que aparece. Entender ese matiz mejora la convivencia y evita malentendidos.

El adiestrador Alan Peiró advierte que no siempre se trata de ‘saludar' ni de esperar una golosina. En perros con un lazo fuerte con su tutor, puede ser un signo de gran confianza y un deseo genuino de cercaní

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