‘La gringa’ se quedó cuando todos los demás se fueron. Betty Elder estuvo en Armero ayudando y fotografiando a su gente y sus procesos por unos diez años después de la avalancha que convirtió al pueblo en un desierto de lodo en noviembre de 1985.

Equipada con dos cámaras, cinco lentes y su mirada de tinte social, la fotógrafa estadounidense llegó a Armero apenas unos meses después de ocurrido el desastre provocado por la erupción del Nevado del Ruiz, pero sembró afectos que quedaron allí para siempre.

Algunas imágenes de muchas que captó documentando el renacimiento de la población se publicaron en medios como la revista 'Credencial' y el periódico 'La Prensa', y gracias a sus contactos y conocimiento de la región también apoyó producciones internacionales que daban cuenta de los proceso

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