En la isla de Puerto Rico, muchas familias se ven obligadas a modificar su rutina de compras ante un alza persistente en el coste de los alimentos. En un supermercado de Rincón, Maritza Ortega describe su experiencia: “Cuando voy al supermercado me limito a lo mínimo. Es frustrante caminar por los pasillos, ver lo que necesito y tener que sacar cosas del carrito”, afirma. Diagnóstico de cáncer en mano, ha tenido que optar por alimentos más baratos y de menor calidad para cumplir con una dieta básica.

Desde el año 2020, el coste de vida ha experimentado incrementos sostenidos. Solo en junio, los alimentos registraron un aumento del 3,4 % respecto al año anterior, lo que agrava la situación de quienes ya vivían con recursos limitados. La isla enfrenta una vulnerabilidad estructural: alreded

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