En diálogo con Juanchi Molina, periodista de AIRE, el organizador Lucas Albarrín relató la difícil situación que atraviesa el club. “ No tenemos un espacio físico propio. A veces encontramos un terreno, lo limpiamos y al otro día vienen camiones y tiran basura . Es un trabajo constante que hacemos con los padres y los chicos, pero es muy difícil sostenerlo”, contó.
Albarrín explicó que el predio donde entrenaban —ubicado en Gobernador Menchaca y Cuenaga, a metros del Camino Viejo a Esperanza— se transformó en un basural con el paso del tiempo. “Esto antes era un campo hermoso. Queríamos hacer una cancha, la dueña del terreno nos dio permiso para mantenerlo, pero no podemos con tanta mugre. Todos los días aparecen camiones con basura. No sabemos quién los manda”, denunció. Embed
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