Por: Rosalío Morales Vargas

La niebla obnubila la conciencia,

parece el porvenir sin un mañana,

Un manto de egoísmo cubre todo,

la avaricia cabalga desbocada.

Fascismo, imperialismo, genocidios,

guerras y rapiñado el medio ambiente,

las olas del desprecio fratricida,

en un mar proceloso y estridente.

La sumisión ante el poder del lucro

y el interés individual carcome

la dignidad humana suprimida

en torbellinos ácidos, salobres.

Prisionera en cárceles de envidia,

por el impulso de tener más cosas,

la competencia ruin e insolidaria

convivencias armónicas trastoca.

La idea de convertirse en opulento

atrapa al ser humano enajenado,

es reo en laberintos sin salida,

se desplaza al abismo paso a paso.

Pocos con mucho, muchos con muy poco,

Un rasgo inadmisible de este tiempo,

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