Hace pocos años un fotógrafo y cineasta holandés, Jan van IJken, realizó un vídeo de unos seis minutos y pico: Becoming. ¿Qué muestra? El proceso imposible por el que una célula acaba convirtiéndose en un tritón alpino.

Resulta que los huevos de las salamandras son transparentes, así que podemos seguir el proceso desde su inicio. No podemos apartar la vista. Al ver la primera mitosis, uno piensa en esa frase africana o taoísta en la que se dice que todo gran camino empieza con el primer paso. Las células se van doblando y doblando, hasta que se forma una especie de huevo de espuma que se repliega sobre sí mismo, luego unos labios que se cierran, luego una galletita de la suerte y, de pronto, algo cuya forma puede recordar a una diminuta salamandra, en la que se adivinan la cabeza y la col

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