A pocas semanas del cierre del ciclo lectivo, vuelve una escena conocida: carpetas abiertas, repasos de último momento, ansiedad, expectativas. Para muchos estudiantes , el fin de año no es sinónimo de balance ni de aprendizaje, sino de presión. En ese contexto, las calificaciones vuelven a ocupar un lugar central. Pero, ¿qué reflejan realmente las notas? ¿Miden el aprendizaje o solo una parte del recorrido?

Las calificaciones importan. No solo porque ordenan o certifican un resultado, sino porque enseñan a atravesar momentos de esfuerzo, evaluación y espera. Son parte de la vida: nos recuerdan que aprender también implica exponerse, asumir riesgos, tolerar la frustración y capitalizar los logros.

Lo importante no es eliminar las notas ni suavizar las exigencias, sino acompañar a l

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