Cuando era voluntaria del comedor de las hermanas de la Caritat en el Raval, una vez, una de las monjas indias me riñó.

—¿Por qué no has ido a buscar pan para este hombre?

—Porque le he dado pan de cereales y no ha querido.

Yo le hablaba de practicidad. Si servía más rápido, podía dar más comida a más mendigos. Ella me hablaba de alimentar el alma. Me pidió que la prioridad era atender a aquella persona y que para él era importante su pan blanco. No lo entendía en ese momento, pero lo hice . Le di vueltas y pensé que era como tener un coche y quejarse porque no se tiene el soñado. Que todos, a distintos niveles, hacemos esto en la vida

Veo en las redes a muchas mujeres que critican a Pedroche diciendo que no se puede quejar, porque tiene ayuda en casa . ¿Es la dictadura de "los rico

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