La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) ha presentado este 12 de noviembre sus primeras estimaciones para la campaña 2025/26, y los datos muestran una leve recuperación tras un 2024 particularmente complicado debido a los cambio en el clima . La producción mundial se situará entre 228 y 235 millones de hectolitros, con una previsión media de 232 millones.
Esto representa un aumento del 3% respecto a la cosecha de 2024, que fue históricamente baja . Sin embargo, la cifra sigue estando un 7% por debajo de la media de los últimos cinco años , confirmando que estamos ante la segunda peor cosecha del lustro.
Las estimaciones de la OIV se basan en datos de 29 países que representan el 85% de la producción mundial . Estas son cifras preliminares que se confirmarán en los próximos meses.
La cosecha en España
En España los agricultores ya habían advertido de que va a subir el precio del vino en el país debido a una reducción de la cosecha en la última temporada de vendimia . Así, Unión de Uniones, la segunda organización agraria más representativa del sector, asegura que el volumen de producción se ha reducido en un porcentaje superior al 15% de media , aunque en algunas zonas es aún mayor.
«Con la vendimia prácticamente acabada, salvo en zonas del norte de la península», la asociación de agricultores «considera que el hecho de que esta esté siendo una cosecha claramente inferior a la de otros años no está haciendo que el precio del vino se elev e » por el momento. No obstante, la asociación «confía» en que así suceda.
Un clima más impredecible
La producción vinícola mundial ha descendido considerablemente debido al cambio climático, que se ha convertido en el factor determinante de las cosechas recientes. La OIV señala que la inestabilidad climática está generando una volatilidad sin precedentes en el sector , afectando tanto al hemisferio norte como al sur.
Lo que caracteriza la situación actual es la creciente variabilidad climátic a. Los viñedos de todo el mundo han tenido que lidiar con heladas tardías de primavera que afectan a los brotes.
También las sequías prolongadas que estresan las cepas, olas de calor que alteran la maduración de la uva y las lluvias intensas que favorecen enfermedades y tormentas de granizo localizadas pero devastadoras. La OIV destaca que esta variabilidad está aumentando, haciendo más difícil predecir el resultado de cada vendimia.
Panorama desigual entre regiones
Francia experimentó uno de sus años más difíciles en 2024 , con una caída del 23% en su producción, alcanzando 36,9 millones de hectolitros. Esta fue su cosecha más baja desde 1957, principalmente por condiciones meteorológicas adversas que afectaron a sus principales regiones vinícolas.
I talia recuperó el liderazgo como mayor productor mundial con 41 millones de hectolitros, mostrando una mejora respecto al difícil 2023. España logró una cierta recuperación gracias a mejores condiciones en Castilla-La Mancha y Extremadura, aunque el estrés hídrico continúa siendo un desafío persistente en varias zonas.
Situación variable en el hemisferio sur
El hemisferio sur también registró volúmenes por debajo de lo habitual en 2024. Chile, Brasil y Sudáfrica tuvieron producciones reducidas por factores climáticos . Argentina destacó positivamente con un aumento del 23% respecto al año anterior, aunque aún se mantiene por debajo de su media quinquenal.
Estados Unidos, cuarto productor mundial, registró una caída del 17% en su producción, con California experimentando su cosecha más baja en dos décadas debido principalmente al calor extremo.
Menor cantidad, buena calidad
Un aspecto positivo es que, pese a los volúmenes reducidos, muchas regiones reportan buena calidad en sus cosechas . Las condiciones adversas, cuando no destruyen completamente la producción, suelen generar uvas más concentradas que dan lugar a vinos con carácter e intensidad.
John Barker , director general de la OIV, subraya que « los impactos del cambio climático se acumulan » y señala que la preocupación por el clima y la sostenibilidad es fundamental para el sector. La organización habla de una « volatilidad creciente » que requiere estrategias de adaptación por parte de los productores.
Menos viñedos y menos producción
Para contextualizar la situación, cabe señalar que la superficie mundial de viñedos ha experimentado una ligera reducción, mientras que el consumo mundial de vino cayó un 3,3% en 2024 . Aunque la producción de 2025/26 mejora respecto al año anterior, continúa por debajo de la media de los últimos cinco años.
El sector vitivinícola se encuentra en un proceso de adaptación a una climatología más variable . Las estrategias de sostenibilidad y las prácticas de cultivo resilientes se están convirtiendo en elementos cada vez más importantes para mantener la producción en los próximos años.

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