Marco volvió a casa un día de septiembre, con lo que él consideraba una gran novedad. Había probado apio . Lo contó con la solemnidad de quien descubre algo nuevo , aunque su cara ya anticipaba el desenlace: "Sabe asqueroso", dijo con el convencimiento de un niño de seis años.
Su madre, Mar, levantó la vista del fregadero. No recordaba que en el comedor escolar sirvieran apio ese día. "¿Dónde lo has probado?", le preguntó. Marco explicó que un compañero, Lucas, llevaba verduras cortadas para comer en el recreo. Bastones de zanahoria, calabacín, apio o pimiento. " Lucas nunca ha comido chuches ", contó Marco los días siguientes a todo el que quiso escucharle. "Ni chocolate. Ni gusanitos", repetía, como si hablara de un niño sin infancia. Le había ofrecido de su merienda, pero Lucas

RTVE Sociedad

FOX 32 Chicago Health
Vogue Shopping
The Texas Tribune Crime
Raw Story
Voice of Alexandria Sports