Por: Juancho José Barreto González

El sigiloso y plástico agente sabe moverse como los peces en el agua. Se ha metido en todos los rincones de la sociedad comercial y define todos los anuncios de precios diarios. Desde un colectivo de línea interurbana hasta las transacciones más elevadas son ordenadas por este peculiar soldado. Nunca pierde una. El general Bolívar ha sido arrestado y yace casi ciego y sordo en las mazmorras impías de la economía cotidiana. Pronto pasará a la clandestinidad monetaria, al menos que se paute “la nacionalización del Banco Central de Venezuela” y la declaración de “traidores de la patria” de los economistas del gobierno oficialista.

Tiene este sargento más fuerza que todos los ministros juntos y sus arsenales ideológicos. Hoy día se necesitan, hoy es martes

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