Dicen en los pasillos del poder político que una avalancha de mensajes directos o indirectos han llegado a Palacio Nacional pidiendo --en modo de exigencia-- la aplicación de planes estatales de seguridad como el de Michoacán, pero dicen también desde el principio ya bajaron la cortina en ese departamento y que no habrá otro similar.

En Sinaloa no se llegó a aplicar un plan similar al de Michoacán, pero sí hubo desplazamientos de tropas, recursos y funcionarios para atender los estragos que había abierto el secuestro de Ismael el Mayo Zambada y la guerra de secuela entre mayitos y chapitos.

El asunto actual se reduce a que Michoacán es un caso extraordinario, aunque quizá en 20 entidades de la República se vivan situaciones extraordinarias similares o peores. Sin embargo, la estructura f

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