Lo esencial del potrero es invisible a la tele en vivo y directo. Es como pretender televisar una riña de gallos y que el público saque en la tiquetera virtual su entrada QR (más el cargo por del servicio). Son mundos incompatibles. Si es potrero es rústico, marginal y regado de apuestas con billetes uno sobre el otro cómo único medio de pago. Ahí nadie le hace acordar a los chicos, como el Dibu Martínez en la publicidad, que si son menores no pueden jugar. Hay cantina y el partido se juega aunque la gente pise la raya y un poco más. Si hay penales, todos adentro de la cancha. Sucio y desprolijo, sin pretensiones de lo contrario . La Copa Potrero tiene planteles de sobrado nivel para cualquier potrero, pero la puesta en escena televisiva diluye lo medular de lo que pretende evocar co

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