Incorporar un vaso de zumo de naranja a tu rutina diaria podría ser más poderoso de lo que imaginas. No solo refresca o aporta vitamina C: un nuevo estudio sugiere que su consumo habitual puede modular miles de genes relacionados con la presión arterial , la inflamación y el metabolismo, con efectos que incluso varían en función del peso corporal.
Según una investigación publicada en Molecular Nutrition & Food Research , beber 500 ml de zumo de naranja diario durante 60 días provocó una “remodelación” del transcriptoma —el conjunto de genes activos— en adultos jóvenes y sanos.
Los cambios no prueban causalidad, pero sí muestran asociaciones moleculares llamativas que respaldan lo que estudios previos ya habían observado: mejoras en presión arterial y en la composición corporal .

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