Patricia Montes, una vecina de 57 años, atraviesa una delicada situación económica y de salud que la llevó a solicitar la colaboración de la comunidad. La mujer, que residía en una vivienda alquilada, debió dejarla tras la suspensión de una pensión por discapacidad que percibía, y actualmente vive en un pequeño galpón que le prestaron, en condiciones muy precarias.

“Estoy viviendo en un galpón que no está en condiciones. Si llueve, se moja todo. Yo alquilaba, pero por falta de dinero y porque me cortaron la pensión, no pude seguir. Hace más de treinta años que pido una casa, y nunca tuve respuesta”, relató Patricia, visiblemente angustiada.

La vecina explicó que su único sustento proviene de la venta de comida y productos para el mate, pero las ventas en la calle cayeron considerablement

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