Los científicos sustituyen el silicio por neuronas humanas y logran una computación de alta eficiencia en resultados y consumo energético: menos de 20 vatios para realizar billones de operaciones por segundo, frente a los megavatios que exige la inteligencia artificial convencional. Una tecnología que, si cumple sus promesas, podría llegar a competir con los superordenadores y los futuros ordenadores cuánticos.

En Vevey, Suiza, un equipo de investigadores está usando células vivas del cerebro humano como procesadores para tareas informáticas. Forman pequeñas redes neuronales, cultivadas y sostenidas en laboratorio, que son capaces de recibir señales eléctricas, de “aprender” patrones y de enviar respuestas interpretables desde plataformas remotas, revela la revista Nature.

Estas redes,

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