La heladera es un espacio donde pequeños ajustes pueden marcar una gran diferencia en el consumo. Por eso, controlar la rueda de la temperatura ayuda a optimizar el rendimiento, evitar esfuerzos innecesarios y mantener los alimentos en mejores condiciones durante más tiempo.
Entre ellos, destaca el ajuste correcto de la rueda interna , que permite regular el frío según la estación y garantiza un funcionamiento más eficiente sin aumentar el gasto energético mensual.
Por otro lado, controlar la rueda también es vital en heladeras sin reajuste automático, porque los cambios estacionales modifican el frío interno. Ajustarla en verano o invierno ayuda a conservar mejor los productos, reducir la carga del motor, evitar gastos adicionales y mejorar la eficiencia del equipo.
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