Ciudad de México.- La CDMX amaneció ayer bajo la presión acostumbrada de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Desde muy temprano, miles de maestros intentaron avanzar hacia Palacio Nacional entre vallas, gas lacrimógeno, empujones y cierres viales. Instalaron casas de campaña, bloquearon calles, colapsaron el tránsito y forzaron la suspensión del Metrobús. Fue el arranque de su paro nacional de 48 horas y la repetición de una historia conocida.
La CNTE ha hecho de la presión callejera su principal arma política. Los bloqueos ferroviarios y carreteros, los enfrentamientos como el de 18 de junio de 2016 en Nochixtlán, Oaxaca, que dejó 8 muertos y más de 100 heridos, los plantones eternos en el Zócalo, las tomas de los aeropuertos de la CDMX y otras ciudades y e

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