India ha emprendido una transformación naval que ya no puede entenderse como una simple modernización, sino como la construcción deliberada de una potencia marítima capaz de influir en el equilibrio de todo el Indo-Pacífico . El ritmo (hablamos de un nuevo buque o submarino cada cuarenta días ) revela un país que ha decidido romper la dependencia histórica de proveedores extranjeros, crear una base industrial propia y dotarse de una capacidad de proyección que hasta hace pocos años estaba fuera de su alcance.

La aceleración naval india. Recordaban en Forbes que el impulso actual no responde solo a la presión geográfica de China y Pakistán, sino a la convicción de que la prosperidad del país depende de controlar rutas marítimas vitales, proteger el comercio y mostrar presencia en

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