Siempre he admirado a las personas que son capaces de empezar una vida lejos de su zona de confort. También he admirado a quienes saben mantener viva una historia que no comenzaron ellos, pero la sienten como propia. Así es el caso de Viña La Rosa, una joya patrimonial enclavada en Peumo, con más de 200 años de historia en el vino Chileno. Su historia, tan rica como sus vinos, hoy se vuelve aún más relevante gracias al trabajo comprometido de Ismael Ossa, séptima generación de la familia fundadora, y un equipo técnico que ha sabido leer el lenguaje de la tierra y convertirlo en relato embotellado.

Este 2025, Viña La Rosa fue reconocida con el “Best in Show” en la edición número 30 del prestigioso concurso Catad’Or, por su vino OSSA 2015, un ensamblaje de Cabernet Franc, Carmenere, Caberne

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