Pocas figuras del crimen argentino alcanzaron el estatus mitológico de Yiya Murano . Su caso, mezcla de novela policial y sainete porteño, recorrió los tribunales, los cafés y hasta los programas de chimentos de los años ochenta. Prestamista de barrio, manipuladora y con una sonrisa impecable, envenenó a tres mujeres de su círculo íntimo para borrar sus deudas. Fue detenida en 1979 , condenada en los años siguientes y liberada 13 años después , beneficiada por el régimen del “dos por uno” que reducía las penas efectivas.
Murano murió en 2014, sola, en un geriátrico del barrio porteño de Belgrano, pero su nombre sigue resonando como sinónimo de veneno, traición y cinismo.
Los crímenes que estremecieron a Monserrat
Corría febrero de 1979 cuando tres mujeres — Nilda Gamba, L

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