El tradicional puente ubicado en la Calle 53 con la Avenida NQS de Bogotá, considerado durante años como un punto crítico por inseguridad y abandono, ha sido objeto de una transformación drástica y emblemática, ahora convertido en un espacio cultural, seguro y abierto a la comunidad.

Este proyecto forma parte de la estrategia ‘Puentes que unen’, liderada por el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, DADEP y apoyada por la Alcaldía Mayor de Bogotá, bajo la administración de Carlos Fernando Galán.

Este bajo puente, que antes era un lugar asociado con la inseguridad, la acumulación de residuos y el deterioro urbano, ha sido recuperado en un área de 1.407 metros cuadrados.

La intervención se llevó a cabo durante 16 meses y tuvo una inversión de aproximadamente

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