Algunos medios la han llamado “la diplomacia del Rolex o de los lingotes”.

Sea lo que sea, al final Washington y Berna han puesto este viernes punto final a su desencuentro, que duraba desde el pasado mes de agosto, cuando Donald Trump impuso a Suiza unos aranceles del 39%, la tasa aduanera más alta aplicada a una economía avanzada desde que el magnate emprendiera una guerra comercial alrededor del mundo.

Las exportaciones de la confederación al país norteamericano se hundieron un 14% en tres meses

Ahora las tarifas cargadas a los bienes procedentes de la confederación helvética bajarán al 15%, en línea con lo que Estados Unidos ya aplica a la Unión Europea, según lo pactado ayer. A cambio, Suiza se compromete a invertir 200.000 millones de dólares en el país norteamericano hasta el 202

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