La caída de Wall Street tuvo dos ingredientes explosivos. Por un lado, una ola de ventas masivas golpeó a las llamadas acciones superestrella de la Inteligencia Artificial (IA). Nombres gigantes como Nvidia , Super Micro Computer y Palantir, que habían tenido un crecimiento espectacular a lo largo del año, se desplomaron. La razón es simple: muchos inversores creen que sus precios se han inflado demasiado y recuerdan, con un escalofrío, la famosa burbuja dot-com del año 2000, aquella que estalló y hundió los mercados . El temor a una burbuja es palpable.

Estos valores de IA fueron los que mantuvieron la bolsa en máximos históricos a pesar de la inflación y un mercado laboral que muestra señales de desaceleración. Pero ahora, esa misma euforia se ha convertido en una toma de bene

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