Estado de México.- Los presuntos asesinos del sacerdote Ernesto Baltazar Hernández Vilchis ocultaron el cuerpo en bolsas negras y lo amarraron a un sillón para tirarlo a un canal de aguas negras, confirmó la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.

La autoridad ministerial detalló que tras recibir el 31 de octubre una denuncia de la familia del clérigo por la desaparición, inició una investigación en la que determinó que Hernández Vilchis acudió acompañado de una mujer a una vivienda ubicada en la Unidad Habitacional Morelos, en Tultitlán.

En ese domicilio vivía un sujeto de nombre Brandon Jonathan, quien tiene antecedentes penales por robo con violencia.

La Fiscalía señaló que el clérigo convivió por varias horas con la mujer que lo acompañaba y con Brandon, "consumiendo be

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