El Perú amaneció el miércoles pasado con una noticia que conmocionó al país: la historia de Rebeca Apaza Arcos , una madre que perdió la vida abrazando a sus dos pequeñas para que no murieran en la caída del autobús donde viajaban. El vehículo se precipitó más de 200 metros hasta quedar a orillas del río Ocoña , en Arequipa , dejando 37 fallecidos y 25 heridos.

Rebeca se dirigía a la ciudad de Arequipa junto a su bebé de 10 meses y su hija de cuatro años, quien en junio sufrió graves quemaduras por un accidente doméstico . La familia, de escasos recursos, solo pudo emprender el viaje gracias al apoyo económico de vecinos de su comunidad en Mollehuaca , quienes organizaron una colecta para el traslado.

Al llegar al Hospital de Camaná , su esposo, Heber Quispe , recibi

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