La presión arterial es uno de los indicadores más fundamentales de nuestra salud cardiovascular, funcionando como un termómetro que revela el estado de nuestro sistema circulatorio. Cada vez que el corazón late, bombea sangre a través de las arterias ejerciendo una presión sobre sus paredes, la cual se mide en dos valores: la presión sistólica (cuando el corazón se contrae) y la diastólica (cuando se relaja).

Millones de personas en todo el mundo conviven diariamente con valores que se desvían de los parámetros considerados normales —entre 90/60 y 120/80 mmHg—, enfrentándose a los desafíos que supone tanto la hipertensión como la hipotensión. Sin embargo, existe una confusión generalizada sobre cuál de estas dos condiciones representa un mayor riesgo para la salud.

Ambas condiciones pu

See Full Page