Un soplo de esperanza —y una inversión de 2.29 millones de pesos— llegó a la comunidad pesquera de Isla Arena, Calkiní, una zona que lucha constantemente contra la depredación ilegal y la precariedad de sus equipos. Tras meses de denuncias, al menos 43 pescadores recibieron apoyos, convertidos en kits de emergencia, avituallamiento, reparaciones lo que incluyó la sustitución de siete motores fuera de borda que devolverán la seguridad y productividad al trabajo en el mar.

El reparto se realizó en la cancha techada del poblado, donde las manos curtidas de los hombres del mar esperaban, más que discursos, soluciones. Siete de ellos —matriculados oficialmente por primera vez— fueron incluidos en los beneficios, un hecho inédito que marcó la jornada. Así lo informó Edward Ceballos, titular del

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