Castilla y León ha roto la senda descendente de consumo de antibióticos iniciada en 2017, al registrar un repunte del 3,9 por ciento en el último año, lo que confirma una recuperación tras el parón pandémico de 2020 y 2021, cuando las cifras se redujeron a mínimos históricos, con 1,29 y 1,22 millones de envases dispensados. Aunque sigue por debajo de las cifras de hace ocho años, ya hay algunas gerencias que están en cifras muy similares, y dos, las de Salamanca y Segovia las superan, todo cuando la resistencia antimicrobiana, causada por el uso inadecuado de antibióticos, sigue siendo una de las principales amenazas para la salud pública mundial.

En su conjunto, los centros de Sacyl recetaron 1,77 millones de envases de antibióticos en 2024, con 66.833 más que en 2023, un 3,91 por cien

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