Hablar de “Frankenstein” nos lleva inmediatamente a pensar en torres, fuego, tormentas; en Boris Karloff y a recordar la frase: “¡Está vivo!”. Es un relato que, de forma atrevida, podríamos inferir que su creadora, Mary Shelley , no imaginó cuán profundo calaría en la cultura moderna y contemporánea.

“Frankenstein o El Prometeo moderno” nació de un reto literario de Byron a sus amigos Mary Shelley y John Polidori, con quienes pasaba un verano en Suiza . De ese desafío, del dolor, de la pérdida de su hija y de una pesadilla, la joven Shelley concibió el relato de un hombre empeñado en abrogarse el don de la vida, desafiar a la muerte y que, en su manía, creó una criatura sin nombre que se convertiría en su peor pesadilla.

Con esta idea se hicieron muchas versiones al cine

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