Por Carlos Tovar Al sur de Valencia, en el corazón del barrio Los Caimitos, se alza un enclave natural que desafía la lógica y alimenta las leyendas. Mientras la mayoría de los ciudadanos menciona la Cueva de la Guacamaya, pocos conocen la existencia de esta otra gruta, un lugar impregnado de un halo de secretos que se resiste a ser olvidado. A escasos metros del cementerio municipal, esta formación geológica esconde entre sus sombras relatos que parecen extraídos de la ficción, pero cuyos testigos juran son tan reales como la roca que la conforma. Los Primeros Moradores y el Sacrilegio A principios de la década de 1970, las primeras comunidades comenzaron a establecerse en esta zona, entonces virgen y enigmática. Los recién llegados y visitantes de áreas aledañas se aventuraban en l

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