Se suponía que el juego iba a ser cerrado. Alemania y Eslovaquía llegaron a la última jornada de la Clasificatoria en Europa con la misma cantidad de puntos y el boleto del primer lugar de grupo, que daba el pase al Mundial, en el aire.

Pero la historia de Alemania es demasiado grande y pesada, todavía en estos tiempos. Jugar contra ellos en Leipzig, Munich o en cualquiera de sus ciudades es retar al pasado y a un presente que sigue siendo demoledor. Alemania no tuvo tiempo para las dudas y aplastó a Eslovaquía 6-0 con lo que se trasladará en junio a nortemarica para jugar otro Mundial más, claro, como siempre con el rótulo de favorito.

Les bastaba el empate para acceder a la Copa del Mundo, sin embargo, Alemania no se anda con suspicacias ni rodea sus tareas. Los chicos de Jules Nagel

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