Los domingos, escrita y dirigida por Alauda Ruiz de Azúa, ha ganado la Concha de Oro del festival de San Sebastián y el centro –con el disco de Rosalía, que aún no he escuchado– del apasionado debate sobre si hay o no un renacer católico en la joven cultura española. Los domingos no es una película católica, sin que eso obste para que sea un testimonio de ese “¡Dios a la vista!” –como diría Ortega y Gasset– que estamos viviendo.

Trata de la vocación a monja de clausura de Ainara (Blanca Soroa), una joven bilbaína de nuestro tiempo. Enfoca el asunto con seriedad. Con humor ya lo había hecho la italiana Si Dios quiere… (Edoardo Falcone, 2015), en la que una familia está muy dispuesta a aceptar que su hijo salga –como sospechan– del armario. Pero cuando sale con que quiere ser sacerdote se o

See Full Page