“El estilo es saber quién eres y lo que quieres decir, sin necesidad de hablar”, escribió una vez Orson Welles . Corea del Sur parece haberlo comprendido antes que nadie. Desde que El juego del calamar cambió para siempre las reglas del streaming -con más de 265 millones de espectadores en sus primeras semanas , según datos de Netflix Global Metrics-, el país se consolidó como una usina de relatos tan visualmente perfectos como emocionalmente demoledores .

El k-drama dejó de ser un secreto de culto para convertirse en fenómeno global. Hoy, con estrenos en Netflix, Disney+ y Prime Video, las historias coreanas cruzan géneros, épocas y emociones, explorando la cultura, el amor y la tragedia con una estética inconfundible . La presente temporada marca una nueva era: el audiov

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