La Navidad de 2025 llega con un giro estético inesperado. Los hogares, históricamente fieles a las decoraciones en rojo, verde y dorado intenso, están migrando hacia una estética más sobria, iluminada y elegante. La tendencia, que ya se observa en redes, tiendas de diseño y marcas especializadas, pone en pausa el exceso visual y apuesta por una ornamentación que prioriza la armonía y la conexión con lo natural.

Este año, los colores protagonistas son los tonos neutros, los dorados suaves, el blanco puro y las maderas claras. El objetivo es generar ambientes cálidos sin recurrir a la saturación cromática tradicional. La lógica detrás de este cambio no es solo estética: responde a un interés creciente por espacios más relajados, menos ruidosos visualmente y alineados con un concepto de bien

See Full Page