El Louvre cede hasta mayo 10 obras magníficas que completan conjuntos escultóricos españoles de entre los siglos VI y I a. C.

En 1907, Géry Piéret, secretario del afamado poeta y dramaturgo francés Guillaume Apollinaire, se adentró en el Museo del Louvre y robó una enigmática y pequeña cabeza de piedra arenisca que se exponía en uno de los anaqueles de la Sala Ibérica de la institución museística. Se la regaló a Pablo Picasso, que tomó aquella figura como modelo de algunos de sus geniales obras, como Las señoritas de Aviñón . Lo que al pintor malagueño le fascinó enseguida fueron las grandes orejas del rostro, el óvalo de la cara, los párpados marcados o los cabellos esculpidos en grandes mechones. Picasso, quizás arrepentido, la devolvió al Louvre en 1911. Hoy martes, se ha inaugurad

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