El escándalo de las mascarillas en la Diputación de Almería ha dejado al descubierto una verdad que preferimos ignorar: la corrupción no llega con el poder, simplemente se hace visible con él. El presidente Javier Aureliano García y su círculo no se convirtieron en corruptos al alcanzar la cúpula de la institución - ya traían la corrupción en su mochila política.

Las Raíces de una Trama Anunciada

Lo que hoy vemos en Almería no es más que la punta del iceberg de una forma de entender la política que se gestó mucho antes de que estos políticos ocuparan sus altos cargos. Las conexiones entre el mundo empresarial y el político, los amiguismos de toda la vida, las lealtades por encima de la legalidad... todo esto ya existía cuando eran simples cargos locales o emergentes políticos en ascenso.

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