La renovación de Eric Garcia debía ser un trámite sencillo, rápido y casi automático. El central catalán ha firmado una temporada sobresaliente y en el Barça existía una convicción absoluta: era el momento de ampliarle el contrato a largo plazo. Todas las partes estaban predispuestas, el club valoraba su crecimiento y el jugador siempre ha expresado su cariño por los colores azulgrana. Pero de repente, todo se ha frenado. Y el origen del problema tiene nombre y apellido.

Porque la irrupción de Luis Enrique ha cambiado por completo el panorama. El técnico del PSG ha puesto sus ojos en Eric , lo quiere para la próxima temporada y ya ha autorizado que el club parisino mueva ficha. Esa llamada, ese interés directo, está condicionando lo que debía ser una renovación plácida.

El PS

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