Viajar mucho deja hábitos silenciosos que se ven en los gestos, en el ritmo y en cómo toman decisiones sin ponerse nerviosos. Al lado de este tipo de personas, el caos habitual del aeropuerto parece otra cosa. No es cuestión de volar en primera ni de presumir de tarjetas: es experiencia pura.
A continuación, las pistas -sutiles pero clarísimas- que delatan a los verdaderos viajeros frecuentes y que cualquiera puede incorporar sin perder la calma.
Las señales discretas del viajero experto
Puntualidad afinada
Llegan a tiempo y conocen el aeropuerto, su terminal y cómo se mueve el control de seguridad a esa hora. Tienen medido el momento perfecto para entrar, ir al baño, coger un café y caminar a ritmo normal hasta la puerta.
Equipaje exacto
Nada sobra, nada falta. La maleta de cabin

La Razón

Women's Wear Daily Retail
The Week Politics
AlterNet
Raw Story